Serguéi Aleksándrovich Románov — un homosexual de la familia imperial

En la familia Románov existía una regla: cada miembro de la dinastía debía casarse y dejar descendencia; se consideraba un deber hacia el Estado. Serguéi Aleksándrovich, hermano del emperador Alejandro III, también se casó, pero el matrimonio no tuvo hijos. El gran duque era homosexual.

La principal fuente de información sobre Serguéi Aleksándrovich es su diario personal, que escribió durante muchos años. En esas anotaciones vemos a una persona de carácter vivo, sentimientos profundos y convicciones firmes.

Este artículo aborda la vida del gran duque y cómo su homosexualidad influyó en su destino y en el lugar que habría de ocupar en la historia.

Infancia, educación, formación

Serguéi Aleksándrovich Románov nació el 11 de mayo de 1857 en Tsárskoye Seló (entonces una residencia imperial, hoy la ciudad de Pushkin), cerca de San Petersburgo. Fue el sexto hijo y el quinto varón del emperador Alejandro II, el gobernante que inició grandes reformas en Rusia, y de la emperatriz María Aleksándrovna.

Desde niño, Serguéi recibió una educación excelente. Lo instruyeron los mejores tutores de su época, entre ellos Anna Tiútcheva, hija del poeta Fiódor Tiútchev. A Serguéi le encantaba leer, se interesaba especialmente por la historia y la cultura, e incluso a veces conversaba con el escritor Fiódor Dostoievski.

Los hijos del emperador fueron criados con severidad: no se les permitía pasear libremente ni jugar con otros niños, aunque estaban rodeados del lujo del palacio. A los quince años Serguéi jugaba con carlinitos de porcelana, y en su decimoctavo cumpleaños él y su primo Konstantín (K.R., también homosexual) soplaron pompas de jabón. Más tarde recordaba ese día con ironía, sorprendido de lo infantil que había sido. Ese aislamiento hacía difícil que maduraran rápidamente.

Serguéi Aleksándrovich Románov de joven.

Al crecer, Serguéi se convirtió en un hombre inteligente y de buenos modales. Durante un viaje a Italia conversó con el papa León XIII y, como señalaron los testigos, fue Serguéi quien terminó teniendo razón en una disputa sobre cuestiones de historia eclesiástica.

Pero la verdadera madurez le llegó durante la guerra. En 1877 comenzó la guerra ruso-turca, y Serguéi, de veinte años, fue al frente. Rusia estaba en guerra con el Imperio otomano, apoyando la lucha por la independencia de Rumanía, Serbia y Montenegro. En la guerra, Serguéi mostró valentía y recibió la Cruz de San Jorge de cuarta clase, un reconocimiento por coraje personal.

A Serguéi Aleksándrovich le encantaban las fresas, los vinos de Crimea y apreciaba especialmente los zafiros. Al viajar por Europa, no sentía gran admiración por la vida occidental. En Inglaterra, que visitó en 1875, Serguéi escribió que el modo de vida local le parecía demasiado material: los ingleses, según él, solo se preocupaban por la comodidad, la comida y el sueño, sin aspirar a metas espirituales o culturales.

“Preferiría ser mil veces un mortal cualquiera antes que un gran duque.”

— Serguéi Aleksándrovich Románov

En cuanto a temperamento, Serguéi era claramente un introvertido, una persona inclinada a la soledad y a las vivencias interiores. Su primo Konstantín (K.R.) recordó que Serguéi “nunca, o solo con gran dificultad, llora; soporta su pena en silencio y no la expresa”. El historiador M. M. Bogoslóvski lo describió como “muy tímido”. La gran duquesa María Pávlovna la Joven escribió que Serguéi no solo era tímido, sino también reservado: intentaba no mostrar sus sentimientos y evitaba conversaciones francas. Este comportamiento puede explicarse por el hecho de que Serguéi era homosexual. La imposibilidad de vivir abiertamente intensifica el retraimiento y la cautela al expresar emociones.

“Muy alto, de una belleza aristocrática y extremadamente elegante, producía la impresión de un hombre excepcionalmente frío.”

— El general Aleksandr Mosolóv sobre el aspecto de Serguéi Aleksándrovich Románov

Serguéi Aleksándrovich Románov.

En 1880 Serguéi perdió a su madre, y un año después a su padre. El emperador Alejandro II fue asesinado por revolucionarios que le arrojaron una bomba.

“Me pregunto cómo es posible vivir todo esto.”

— Serguéi Aleksándrovich Románov

Tras la tragedia, Serguéi realizó una peregrinación a Tierra Santa, a Palestina, donde, según la Biblia, Jesucristo vivió y predicó. Ese viaje lo transformó profundamente. A su regreso creó la Sociedad Imperial Ortodoxa Palestina (una organización benéfica que apoyaba a los peregrinos ortodoxos en Tierra Santa), que construyó escuelas y albergues para peregrinos y ayudó a los viajeros con alojamiento, comida y atención médica. Gracias a ello, las peregrinaciones a Palestina se volvieron accesibles incluso para la gente común.

La futura esposa de Serguéi lo salvó de su dolor interior: Elisaveta Fiódorovna, una princesa alemana de la Casa de Hesse-Darmstadt (una rama de la casa principesca alemana de Hesse), nieta de la reina Victoria del Reino Unido. En su día fue pretendida por el futuro káiser Guillermo II, pero su padre eligió como esposo a un gran duque ruso. Para Serguéi, Elisaveta se convirtió no solo en esposa, sino también en una amiga cercana. Siete años después de la boda, ella se convirtió voluntariamente a la ortodoxia, aunque no se le exigía.

Serguéi Aleksándrovich y su esposa.

“Que la gente grite sobre mí, pero jamás digas una sola palabra contra mi Serguéi. Ponte de su lado frente a ellos y diles que lo adoro, y que también adoro a mi nueva patria, y que de ese modo he aprendido a amar también su religión…”

— Elisaveta Fiódorovna, en una carta a su hermano sobre su nueva vida

La homosexualidad del gran duque

Pero la relación de Serguéi y Elisaveta se mantuvo únicamente amistosa. No tuvieron hijos.

Contemporáneos e historiadores señalan que para Elisaveta este matrimonio resultó infeliz. En sociedad intentaba parecer satisfecha, pero en realidad sufría.

“Su vida familiar no funcionó, aunque Elisaveta Fiódorovna lo ocultó cuidadosamente y no se lo confesó ni siquiera a sus parientes de Darmstadt. Una de las razones fue, en particular, la preferencia de Serguéi Aleksándrovich por personas del otro sexo.”

— El historiador Voldemar Balyazin

Aun así, las cartas conservadas muestran que existían respeto y afecto sincero entre los esposos. Eran amigos y se cuidaban, aunque no existían relaciones conyugales en el sentido habitual. Serguéi escribió cartas tiernas a su esposa:

“Me arrebata la idea de verte mañana. Te beso con mucha ternura.”

— Serguéi Aleksándrovich Románov, en una carta a Elisaveta

La Iglesia ortodoxa rusa explica la ausencia de hijos de otro modo. Según la versión eclesiástica, Serguéi y Elisaveta hicieron voto de castidad incluso antes de la boda: una promesa de no mantener relaciones físicas. A esos matrimonios se los llamaba “blancos”: los cónyuges vivían juntos como hermano y hermana.

La escritora Nina Berberova, al describir la vida del compositor Piotr Chaikovski, que también era homosexual, escribió sobre cómo se trataba a estas personas en los círculos altos del Imperio ruso. Aunque la ley contenía un artículo que castigaba la sodomía, a los miembros de la aristocracia por lo general no se les procesaba. Simplemente se les alejaba de la capital: se les asignaba un puesto en provincias o se les enviaba de viaje.

Berberova cita un caso en el que uno de los amantes de Serguéi Aleksándrovich —un profesor de lenguas clásicas— fue juzgado y desterrado:

“Se conoce un caso de un hombre conocido por muchos, profesor de latín y griego, amante del gobernador de Moscú, el gran duque Serguéi Aleksándrovich, que fue juzgado y recibió tres años de ‘destierro’ a Sarátov, y luego regresó a Moscú.”

— La escritora Nina Berberova

Serguéi Aleksándrovich pertenecía al círculo más alto del imperio y no ocultaba su actitud especial hacia los jóvenes oficiales, en particular hacia sus ayudantes de campo. En muchas fotografías se le ve junto a su ayudante Konstantín Balyásny, que a menudo lo acompañaba en viajes por Europa.

Serguéi Aleksándrovich y Konstantín Balyásny.

“…estaba constantemente rodeado de varios hombres relativamente jóvenes con los que mantenía una amistad particularmente afectuosa. No quiero decir con esto que tuviera instintos viciosos, pero sin duda poseía cierta anormalidad psicológica, que a menudo se expresa en una especie especial de actitud enamorada hacia los jóvenes,.”

— El ministro de Finanzas Serguéi Yúlievich Witte

Insinuaciones parecidas podían oírse en la poesía satírica. En el poema de V. P. Miátlev “El orgullo de las naciones”, se ridiculizaba a miembros de la familia imperial y a su entorno. El autor los llamó “los Serge-antes de Moscú”, una alusión evidente al gran duque Serguéi Aleksándrovich, que ocupaba el cargo de gobernador general de Moscú. La línea “kanashki guapos (un argot burlón para jóvenes) con modales orientales” se refería a Balyásny:

“Por los ‘Serge-antes’ de Moscú

Con ayudantes audaces,

Guapos kanashki

Con modales orientales,.”

— V. P. Miátlev, del poema “El orgullo de las naciones”

Elisaveta, Serguéi Aleksándrovich, la princesa Lobanova, los ayudantes Vladímir Hadon (de pie) y Konstantín Balyásny (sentado).

Entre la nobleza y la intelligentsia, las relaciones homosexuales de la época existían con bastante apertura. La sociedad prefería fingir que no lo veía y, por decoro, muchos hombres se casaban. El historiador Dan Healey, que estudió la sexualidad en el Imperio ruso, escribió que Serguéi Aleksándrovich en realidad encabezaba un círculo informal de homosexuales influyentes, una “pirámide homosexual” del Imperio ruso.

Hubo rumores de una relación estrecha entre Serguéi Aleksándrovich y su ayudante Mártynov:

“Doroféyeva Sh., vecina de Tsárskoye Seló, […] dijo que allí se sabe que Serguéi Aleksándrovich vive con su ayudante Mártynov, que más de una vez le sugirió a su esposa que eligiera un marido para sí entre los que los rodean. Había visto un periódico extranjero donde estaba impreso que ‘le grand duc Serge avec sa maitresse m-r un tel’ (el gran duque Serguéi con su amante —el señor tal) había llegado a París. ¡Qué escándalos, solo pensarlo!”

Alexandra Víktorovna Bogdánovich, entrada del diario

El historiador A. N. Bokhánov escribió que el principal difusor de ese tipo de chismes era la gran duquesa Olga Fiódorovna, considerada la mayor chismosa del imperio. No soportaba a quienes no buscaban su favor y por eso a menudo esparcía rumores maliciosos. Se sabe que en una ocasión llamó “sodomita” a Serguéi Aleksándrovich por antipatía personal: él tampoco ocultaba que no la soportaba a ella ni a sus hijos.

Cuando en 1891 Serguéi fue nombrado gobernador general de Moscú, el ministro de Asuntos Exteriores Vladímir Lámsdorf (también homosexual), famoso por sus ocurrencias, bromeó: “Hasta ahora Moscú se sostenía sobre siete colinas, ahora tendrá que sostenerse sobre una joroba”. La frase era un juego de palabras: “bugor” en ruso significa elevación o joroba y, por su sonido, se asemeja al francés bougre, que en aquella época significaba “sodomita”. Así, la broma aludía a la reputación bien conocida del nuevo gobernador general.

Ese mismo 1891, el hermano menor de Serguéi, el gran duque Pável Aleksándrovich, sufrió una pérdida: su esposa murió de parto. El cuidado de sus hijos, María y Dmitri (homosexual y futuro amante de Félix Yusúpov), pasó a manos de Serguéi Aleksándrovich y su esposa Elisaveta Fiódorovna. Más tarde, cuando Pável Aleksándrovich contrajo un matrimonio morganático (desigual) y se vio obligado a abandonar Rusia, ellos sustituyeron de hecho a los padres. En la residencia del gobernador general (hoy el edificio de la Alcaldía en la calle Tverskaya), a los niños se les asignaron habitaciones separadas. Serguéi Aleksándrovich vivía en el primer piso y Elisaveta Fiódorovna en el tercero.

Serguéi Aleksándrovich y los hijos de Pável Aleksándrovich: María y Dmitri.

El diputado de la Primera Duma Estatal, el constitucional-demócrata Vladímir Pávlovich Obnínski, escribió sobre Serguéi Aleksándrovich:

“Este hombre seco y desagradable, que ya entonces influía en su joven sobrino [se refiere a Dmitri Pávlovich], llevaba en el rostro las marcas agudas del vicio que lo consumía, lo cual hizo insoportable la vida familiar de su esposa, Elisaveta Fiódorovna, y la condujo, a través de una serie de enamoramientos naturales en su posición, al monacato.”

— Vladímir Pávlovich Obnínski sobre Serguéi Aleksándrovich Románov

Continuando sobre la degradación moral de la nobleza y del ejército, Obnínski afirmaba:

“Muchas personas conocidas de Petersburgo —actores, escritores, músicos, grandes duques— se entregaban a este vergonzoso vicio. Sus nombres estaban en boca de todos, muchos exhibían su modo de vida. <…> También era curioso que no todos los regimientos de la Guardia estuvieran afectados por este vicio. En una época, por ejemplo, cuando el Regimiento Preobrazhenski (un regimiento de infantería de la Guardia de élite), junto con su comandante, se entregaba a ello casi en su totalidad, los Húsares de la Guardia (un regimiento de caballería de la Guardia de élite) se distinguían por una naturalidad en sus afectos.”

— Vladímir Pávlovich Obnínski

Con ello, Obnínski insinuaba que el comandante del Regimiento Preobrazhenski, el gran duque Konstantín Konstantínovich (K.R.) —primo de Serguéi Aleksándrovich— también pertenecía a ese ambiente. Eran muy cercanos y siguieron siendo amigos toda la vida. En los diarios de Konstantín hay, en efecto, menciones de sus relaciones con hombres.

Grupo del comandante de batallón con comandantes de compañía y Serguéi Aleksándrovich. 1887.

Gobernador general de Moscú

“A menudo estaba demasiado seguro de sí mismo. En esos momentos se tensaba, su mirada se volvía dura… Por eso la gente se formaba una impresión falsa. Mientras lo consideraban un hombre frío y orgulloso, ayudó a muchísimas personas, pero lo hizo con el más estricto secreto.”

— Ernesto Luis, hermano de Elisaveta Fiódorovna, sobre Serguéi Aleksándrovich

El gobernador general de Moscú gobernaba no solo la capital en sí, sino también las provincias vecinas. En ese cargo, Serguéi Aleksándrovich trabajó mucho en cuestiones de educación, se ocupó de los pobres y apoyó la ciencia y el desarrollo de la cultura en Moscú.

Aportó fondos a más de 90 organizaciones y sociedades. Entre ellas estaban la Sociedad para el Cuidado, Crianza y Educación de Niños Ciegos, la Sociedad de Salud Pública, la Sociedad Arquitectónica de Moscú, la Sociedad de Amantes de las Ciencias Naturales y la Sociedad Musical Rusa. Además, Serguéi Aleksándrovich creó la Sociedad para el Cuidado de los Niños de Padres Pobres. Gracias a sus donaciones se abrieron refugios gratuitos y guarderías en la provincia de Moscú.

El gran duque también prestó atención a la cultura. Transfería hallazgos arqueológicos y obras de arte al Museo Histórico Imperial en la Plaza Roja (hoy el Museo Histórico Estatal). Bajo su gestión, el museo se convirtió en un centro cultural: comenzaron a celebrarse exposiciones, conferencias y conciertos. Serguéi Aleksándrovich también participó en la creación del Museo de Bellas Artes en Voljónka, hoy el Museo Estatal Pushkin de Bellas Artes.

Durante su administración aparecieron en Moscú las primeras farolas eléctricas. Prohibió a las fábricas verter residuos en el río Moscova para mejorar las condiciones sanitarias de la ciudad. Por iniciativa suya se abrieron las primeras residencias estudiantiles de la Universidad de Moscú, y el primer tranvía eléctrico comenzó a circular por las calles. Bajo su gestión se completó una nueva etapa del sistema de abastecimiento de agua de Mitíshchi, que proporcionó a Moscú agua limpia.

Moscú bajo Serguéi Aleksándrovich.

Sin embargo, también hubo una página trágica en su servicio. En 1896, durante la coronación del emperador Nicolás II, ocurrió una terrible estampida en el Campo de Jodynka (la tragedia de Jodynka), en la que murieron muchas personas. Aunque el Ministerio de la Corte Imperial era responsable de la organización de la celebración, muchos culparon a Serguéi Aleksándrovich como jefe de la administración de Moscú.

En política mantenía posturas conservadoras. Apoyó los sindicatos obreros patrocinados por el gobierno, los llamados sindicatos “zubátov”, llamados así por su organizador Serguéi Zubátov. Estos sindicatos se crearon para contrarrestar el movimiento obrero revolucionario. Serguéi Aleksándrovich también se oponía a reformas liberales, no apoyaba la idea de introducir una constitución y órganos de poder electos en Rusia. Bajo su gobierno, en 1892, se emitió una orden que limitaba el derecho de los judíos de rangos bajos a vivir en Moscú y sus alrededores.

Cuando creció el descontento público y aumentó el ánimo revolucionario, Serguéi Aleksándrovich presentó su renuncia el 1 de enero de 1905 y dejó el cargo de gobernador general. Pero el Partido Socialista Revolucionario (eseristas) ya lo había condenado a muerte.

Asesinato

Los revolucionarios consideraban a Serguéi Aleksándrovich uno de los principales representantes y líderes del “partido reaccionario”, que, a su juicio, defendía los intereses del régimen zarista. Lo llamaban “el exponente más despiadado y coherente de los intereses de la dinastía”.

Después de su renuncia, Serguéi Aleksándrovich siguió viviendo en Moscú. Comprendía que el peligro lo rodeaba y por eso comenzó a desplazarse por la ciudad sin su familia para no ponerla en riesgo. Según las memorias de su ayudante de campo Zhunkovski, la seguridad del gran duque estaba organizada de manera extremadamente deficiente.

Serguéi Aleksándrovich recibía numerosas cartas con amenazas y entendía que podían matarlo. Por eso a menudo salía solo, sin ayudantes de campo, sin querer poner en peligro sus vidas.

Mientras tanto, los miembros de la Organización de Combate de los eseristas (el ala terrorista del Partido Socialista Revolucionario) estudiaban cuidadosamente su rutina diaria, sus rutas y su sistema de seguridad.

El 4 de febrero de 1905, alrededor de las tres de la tarde, una explosión retumbó dentro de los muros del Kremlin. Ese día Serguéi Aleksándrovich, como de costumbre, salió en carruaje del Palacio Nikoláyevsky en el Kremlin. Cuando el carruaje pasaba junto a la torre Nikolskaya, Iván Kaliáyev, miembro del partido eserista, lanzó una bomba al interior. La explosión fue tan potente que el cuerpo del gran duque quedó despedazado. El cochero recibió heridas mortales y las ventanas de los edificios cercanos saltaron por los aires.

En ese momento Elisaveta Fiódorovna estaba en el Palacio Nikoláyevsky. Al enterarse de la tragedia, fue de las primeras en llegar al lugar. En silencio, sin lágrimas, recogió con sus propias manos los restos de su esposo.

Carruaje después de la explosión.

“A pesar de ser día laborable, multitudes de miles acuden al Kremlin para rendir su último homenaje e inclinarse ante los restos del gran duque mártir.”

— “Heraldo del Gobierno”, 11 de febrero de 1905, núm. 33

El funeral de Serguéi Aleksándrovich tuvo lugar el 4 de julio de 1906 en el Monasterio Chúdov, situado en el territorio del Kremlin. En el lugar de su muerte se erigió una cruz conmemorativa diseñada por el artista Víktor Vasnetsov. En la cruz se grabó una frase del Evangelio: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”, palabras de Cristo sobre el perdón a sus asesinos.

Cruz conmemorativa en el lugar de la explosión.

Memoria y olvido

Tras la muerte de su esposo, Elisaveta Fiódorovna renunció por completo a la vida mundana y se dedicó a servir a las personas. En Moscú, en la calle Bolshaya Ordynka, fundó el Convento de Marta y María, una comunidad de hermanas de la misericordia que cuidaban a los enfermos y ayudaban a los pobres.

Durante la Guerra Civil, en 1918, Elisaveta Fiódorovna fue arrestada por los bolcheviques. Más tarde fue asesinada en Alapáyevsk.

Después de la Revolución de Octubre de 1917, las nuevas autoridades comenzaron a destruir todo lo que recordara a la familia imperial. En 1918, la cruz conmemorativa en el lugar de la muerte de Serguéi Aleksándrovich fue demolida. Según los contemporáneos, Vladímir Lenin participó personalmente en su destrucción. En 1932 el propio Monasterio Chúdov, donde descansaban los restos del gran duque, fue derribado, y su tumba desapareció.

Décadas después, durante excavaciones arqueológicas en el Kremlin, se descubrieron los restos de Serguéi Aleksándrovich. En 1995 fueron trasladados al Monasterio Novospasski de Moscú, lugar de enterramiento de la dinastía Románov. Allí se erigió una nueva cruz conmemorativa, hecha según el modelo de la destruida. Su copia también fue instalada en el Kremlin.

Conclusión

La cuestión de las preferencias sexuales del gran duque sigue siendo objeto de debate, aunque, en nuestra opinión, todo es evidente. No obstante, en algunos círculos conservadores hay quienes consideran todo esto una calumnia. Entre los monárquicos existe un movimiento que aboga por la canonización de Serguéi Aleksándrovich. Para veneración privada incluso se le representa en iconos. Y eso está bien.

En 2024 el alcalde de Moscú inauguró un monumento en honor de Serguéi Aleksándrovich y su esposa cerca de la estación de metro Tretyakovskaya.

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Referencias y fuentes

• Богданович А. В. Три последних самодержца. (ruso) [Bogdanóvich, A. V. – Los tres últimos zares autócratas]
• Боханов А. Н. Николай II. 1997. (ruso) [Bojánov, A. N. – Nicolás II]
• Великий князь Сергей Александрович Романов: биографические материалы. Кн. 1: 1857–1877. 2006. (ruso) [Gran duque Serguéi Aleksándrovich Románov – Materiales biográficos. Libro 1: 1857–1877]
• Вяткин В. В. Великий князь Сергей Александрович: к вопросу о его нравственном становлении. 2011. (ruso) [Viatkin, V. V. – El gran duque Serguéi Aleksándrovich: sobre su formación moral]
• Кон И. С. Лунный свет на заре: лики и маски однополой любви. (ruso) [Kon, I. S. – Luz de luna al amanecer: rostros y máscaras del amor entre personas del mismo sexo]
• Секачев В. Великий князь Сергей Александрович: тиран или мученик? (ruso) [Sekachov, V. – El gran duque Serguéi Aleksándrovich: ¿tirano o mártir?]

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